sábado, febrero 04, 2006

THE GOOD GIRL


“Cuando eres niña, ves el mundo como una gran caja de caramelos”

En parte titulé el fotolog en honor a esta película, entre la comedia negra y el drama sórdido. Si aún no la habeis visto, no se a qué esperais.
“The good girl” te rompe los esquemas de principio a fin, abandonando los clichés del drama romántico y desvelándose tan cruda y desesperanzadora como la vida misma . Cuando crees que la historia amenaza con girar en un meloso cuento de hadas, Justine se niega a continuar su tórrida aventura extramatrimonial, se rebela y opta por el conformismo y la infelicidad en aras de formar una familia, tal y como haría una buena chica. Sólo que con consecuencias nefastas.

La mediocridad es la carcoma del espíritu. Cuando no hay fantasía, ni ilusión, ni ganas de luchar y de ver el mundo con otro prisma, lo único que puede aguardarte al final de ese camino es la muerte en vida.
Por eso “Amelie” fue un éxito de taquilla, porque supuso un triunfo de la POESÍA sobre la MEDIOCRIDAD.
Y si bien es una fábula, y una película que a fuerza de ponerla “de moda” nos ha resultado hasta cursi, no andaba Jeunet muy desencaminado a la hora de revelarnos la receta de la felicidad.
La fórmula mágica es bien sencilla, y ya lo dijo Winston Churchill: “la imaginación consuela al hombre de lo que no es, el sentido del humor lo consuela de lo que es”. (¿verdad, munchy-punchy ;-)?)

Y el altruismo, la bondad, son las virutas de chocolate esenciales para coronar el postre.

Justine en “The Good Girl” es todo lo opuesto a Amelie Poulain, por eso os recomiendo encarecidamente que veais esta película, es un contraste cuanto menos interesante, ya que la supuesta “bondad” de Justine parte de convencionalismos sociales y de unos esquemas muy rígidos sobre lo que debe hacer o no una buena chica, y no es la generosidad, sino el egocentrismo, el conformismo y el miedo a dejarse llevar por sus sentimientos lo que desencadena la fatalidad. Sospecho que el nombre de Justine es un homenaje al personaje del Marqués de Sade en “Justine o los infortunios de la virtud”, pues la supuesta “virtud fatal” de Jennifer Aston es lo que la conduce a la depravación y al maquiavelismo más amoral.


Chicas, sed buenas..., ¡pero no en este sentido!.

No se por qué a cuento de esto viene a la cabeza la canción de “La familia, la propiedad privada y el amor”, de Silvio Rodríguez:
http://xthost.info/anoplana/Silvio%20Rodriguez%20-%20La%20familia,%20la%20propiedad%20privada%20y%20el%20amo.mp3


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